Lola

Tenia el pelo largo, el más largo que había visto en mi vida. Ella era espectacular.

Recuerdo cuando el viento le revolvía la cola hasta soltarse toda su melena.
Aún oigo su risa cada vez que me golpea el viento.

Era ella. Fue ella. Esa imagen me persigue por dónde quiera que vaya y me pregunto dónde estará.

La perdí, se fue, pero aún pienso en lo que hice o más bien lo que no hice para que se quedara.

Me siento vacío, un hueco que cuesta de llenar con otra persona.

Hay mujeres a mi alrededor, las observo y las comparo con ella.

- Esa de ahí tiene el pelo largo, pero ella lo tenia más aún. Y esa esta delgada, pero le faltan curvas.

Solamente veo siluetas que se mueven y ninguna me parece ni remotamente lo bastante admirable.

Nadie es ella.

Mi psicólogo me aconseja que deje de idealizarla, que encontraré a una mujer que me hará olvidarla. Me da pastillas y me recomienda que socialice, que busque alguna actividad.

No hago nada. Pero hoy ha sido diferente, he conocido a una mujer muy interesante.

- Hola Javier, como estás?

- Hola...

- No me reconoces? Soy yo, Lola.

- Lola?

- Sí. Soy yo.

- Tu no eres Lola.

- Que dices? Estas bien?

- Tu pelo...

- Que le pasa a mi pelo? No te gusta mi nuevo peinado?

- Corto.

- Si, tenia ganas de hacer un cambio. Que tal estas?

Muy interesante. Una mujer apasionante.

Pero no era ella.